El rol del bibliotecario como mediador de lectura.

Comenzaria este artículo diciendo.."Para cada lector un buen libro" ... pero para llegar a esto desde mi rol de bibliotecaria tendría que pensar que detrás de cada persona  hay una trama de relaciones sociales que hacen que elija al libro.
Es muy importante el rol del bibliotecario como mediador entre los libros y los chicos. Invitar con pasión sera mejor que con mandatos, los sermones o cualquier slogan. Los niños tienden a imitar todo aquello que hacen los adultos a quienes admiran y quieren. Por ello algunas de nuestras aptitudes en nuestra labor como bibliotecarios pueden llegar a ser claves para despertar el deseo por leer.
Entusiasmo por contagiar el gusto por la lectura; capacidad de observar las reacciones de los lectores ante diversos tipos de textos. Curiosidad por conocer los gustos y preferencias a través del diálogo. Interés por la lectura infantil y juvenil. Disposición para leer, narrar comentar y recomendar. Nosotros los bibliotecarios tenemos que perder el miedo al ridículo u a decir no se narrar, si somos bibliotecarios somos MUY BUENOS LECTORES, Y SI SOMOS BUENOS LECTORES SOMOS BUENOS NARRADORES..Vamos!!!!
Por tanto, el bibliotecario escolar como mediador para la promoción de la lectura deberá desempeñar las siguientes funciones:
Preparar, desarrollar y evaluar actividades con el fin de crear y fomentar lectores asiduos espontáneos.
Ayudar a leer por el placer de leer, diferenciando claramente la lectura obligatoria de la lectura voluntaria.
Orientar la lectura extraescolar.
Coordinar y facilitar la selección de lecturas, según la edad y los intereses de sus destinatarios.
Para poder cumplir las funciones antes descritas, el bibliotecario escolar como mediador para la promoción de la lectura, debe reunir una serie de requisitos imprescindibles para el exitoso desempeño de sus funciones. Estos son:
Ser un lector habitual.
Compartir y transmitir el disfrute de la lectura.
Tener dominio de las características de los escolares, familiares y comunidad, así como capacidad para promover su participación.
Aportar cierta dosis de imaginación y creatividad.
Creer firmemente en su trabajo de mediador: compromiso y entusiasmo.
Ser capaz de acceder a diversos canales y fuentes de información.
Poseer una formación literaria, psicológica y didáctica, que le posibilite, entre otros, conocimientos sobre:
 El proceso lector y las habilidades que facilitan la lectura.
 Las lecturas literarias: obras que pueden ser necesarias en la formación literaria del escolar, al margen de las lecturas escolares que forman parte del currículo.
 La teoría y la práctica de técnicas y estrategias de lectura.
 La Literatura Infantil y sus mecanismos editoriales.
 La contextualización histórica de la Literatura Infantil.
 La evolución psicológica del individuo en su relación con la lectura.
El bibliotecario escolar, como mediador para la promoción de la lectura, debe conducir, aminar y encausar a los escolares hacia el campo de la lectura, convirtiéndolos en lectores asiduos y espontáneos, y convertir la promoción de la lectura en una actividad que salga de las bibliotecas a las aulas y de esta a la comunidad. Para ello deberá poseer las siguientes cualidades:
Perseverancia. La formación de lectores asiduos y espontáneos sólo se logra cuando se realizan actividades de promoción de lectura con serenidad, constancia, tenacidad y coherencia, de manera que garantice la sistematicidad y el desarrollo ascendente del interés y motivación por la lectura.
Convicción. Se expresa en el convencimiento de que la formación de lectores se consolida a cualquier edad y en cualquier contexto sociocultural por muy adverso que parezca.
Estratégico. Fijará objetivos concretos, proyectando las estrategias que va a elegir para la realización de las actividades de promoción previstas, considerando los libros, materiales y medios a emplear, así como el trabajo en equipo y los métodos más idóneos.
Creatividad. Desarrollar fantasía, imaginación, espíritu renovador y crítico, revelando un pensamiento flexible durante el despliegue de la estrategia y actividades de promoción de la lectura.
Tolerancia. Mostrar respeto y comprensión hacia los intereses y necesidades individuales de los lectores.
Profesionalidad. Preocupación por la superación profesional, actualización constante de las novedades literarias en cualquier soporte y participación activa en eventos literarios y culturales y especializados.
Para lograr este objetivo el bibliotecario debe desarrollar una serie de actividades entre las que proponemos:
La Hora del Cuento: actividad donde el bibliotecario narrará o leerá a sus escolares cuentos apropiados para su edad.
En las actividades: “Hablemos sobre…”, “Puedo narrar cuentos” y la “Dramatización”, los invita y estimula a que ellos sean protagonistas de las narraciones, con lo que propiciará el desarrollo del vocabulario y la expresión oral.
Con la “Exposición y presentación de cuentos” el bibliotecario les hablará de un cuento para luego invitarlos a presentar su cuento preferido, actividad esta que los motivará y propiciará su conversión paulatina en lectores asiduos y espontáneos
Con actividades como “Travesía de exploración textual”, “Identifícalo”, “El personaje y su cuento”, serán capaces no solo de reconocer autores, títulos y personajes, sino que además les irán desarrollando paulatinamente una cultura general, lo que favorecerá su formación integral.
Una de las actividades donde los niños pueden ejercitar no solo la lectura, sino que además, practicaran la escritura es la denominada “Mi diario de lectura”, en esta los niños recogerán lo que más les gustó de cada cuento, cuál fue su personaje preferido, así como otras impresiones causadas por lo leído o narrado.
Como se puede apreciar múltiples pueden ser las iniciativas a desarrollar por los bibliotecarios escolares en su función como mediadores y promotores de lectura, sobre todo si su radio de acción es la escuela multigrado, donde por las características de los escolares, sus familiares y del contexto de la comunidad donde está enclavada, debe desplegar una labor estratégica, perseverante, creativa, y profesional con mayor intensidad y compromiso con el cumplimiento de los objetivos de la educación primaria y la formación de lectores asiduos.
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